Mi primera etapa como bióloga la viví en investigación oncológica en Nueva York. Por aquel entonces era un sueño, mi sueño. Fue un gran aprendizaje del micromundo celular y molecular, al lado de grandes profesionales de distintas especialidades.
También fue un aprendizaje, y muy positivo, el compartir vida con personas de diversas culturas muy distintas a la mía. Tuve que abrirme, respetar, comprender y, a veces, tragar saliva y recomponerme. Ahora todo ello forma parte de mí.
Recuerdas tu primera etapa? Te has planteado qué aprendiste?